. . . . : : : : TOMA EL BUS CORRECTO : : : : . . . . para prosperar y llegar a tu destino

Hay tanta gente preocupada por cosas que realmente no importan, ¿verdad?.  Nos preocupamos por otras cosas y después de un tiempo nos damos cuenta de que terminamos en un lugar donde no queríamos estar, en el destino incorrecto.

Pero lo que deberíamos estar realmente preocupados en la estación de autobuses de la vida es subirnos al autobús que nos llevará al destino correcto.

¡TOMA EL AUTOBÚS CORRECTO!

El problema es que si no sabes a dónde vas, si no tienes claro cuál es tu destino, entonces tomarás decisiones que te alejarán de tus sueños y terminarás en el lugar equivocado…. O tal vez te casarás con la persona equivocada, o escucharás las voces equivocadas y tomarás malos consejos, o te rodearás de las personas equivocadas, y gastarás tu tiempo en actividades que te alejarán de lo que Dios tiene preparado para ti, etcétera, etcétera etcétera.

Así que puedes ser un buen soñador: bueno para desear que las cosas sucedan, bueno para generar ideas y proyectos geniales, pero hay una gran diferencia entre ser un soñador y ser un visionario: el plan para cumplir la visión. Una visión es una descripción clara de lo que quiere lograr y un plan para hacerlo realidad.

Ahora, la Biblia dice en

Proverbios 16:9 (NTV): 

“Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos”.

Entonces, para poder llegar realmente al destino correcto, lograr una visión, pasar de soñadores a propósitos cumplidos y vidas plenas, necesitamos soñar los sueños de Dios y seguir Su plan.

Como leemos en los proverbios, hay pasos específicos, y pueden ser: carreras, un tipo de servicio, amigos, mentores, relaciones, actividades, etc., que son parte de Su plan para llevarte a tu destino, pero la única forma de tener éxito en esto, y ver un progreso y una bendición en tu caminar y en tu jornada, es Su presencia en tu vida. Sin su presencia, Dios no depositará sus sueños y sus planes en ti.  Estarás soñando y planeando por tu propia cuenta, guiado por otras voces, por el rumbo que este mundo quiera darte, o por las mentiras y trampas de tu enemigo para desviarte y destruirte.

Muchos se fijan en el aspecto económico para saber si están prosperando o no, o para definir el éxito de alguien, pero puedes prosperar económicamente bajo la cobertura y voluntad de Dios o fuera de ella. Por eso, la prosperidad no es indicador de santidad ni bendición de Dios. Dios prospera a sus hijos siempre y cuando ellos operen bajo sus principios. Los injustos pueden llegar a prosperar por su propio esfuerzo y aún así, ser malvados y no contar con el favor de Dios.

Proverbios 10:22 (NTV):

“La bendición del Señor enriquece a una persona y Él no añade ninguna tristeza.”

La prosperidad o abundancia siempre añade algo. Si es de parte de Dios, añadirá los frutos de Dios.  Si es del mundo, entonces se verán los frutos del mundo y todas sus consecuencias.

Cuando eres prosperado y promovido por Dios, cuando estás caminando en el rumbo correcto hacia tu destino, tu bendición alcanza a muchos y abunda. Cuando lo haces tú mismo con tus propias fuerzas, la bendición es solo para ti y tarde o temprano se acaba. Y esto es en todas las áreas, no solo financiera.

Tú y yo necesitamos la presencia de Dios en todas las áreas de nuestras vidas. El verdadero propósito, el éxito y la prosperidad provienen de tenerla.

3 Juan 1:2-3 (NTV):

"Querido amigo, espero que te encuentres bien, y que estés tan saludable en cuerpo así como eres fuerte en espíritu. Hace poco regresaron algunos de los maestros itinerantes, y me alegraron mucho cuando me contaron de tu fidelidad y de que vives de acuerdo con la verdad”. (Otras versiones dicen: “Amado, deseo que seas prosperado en todo, y que tengas salud, a la vez que tu alma prospera”).

La prosperidad es integral, es fruto de nuestra fidelidad al destino que Dios ha preparado para nosotros, de honrarlo en cada paso que damos, de disfrutar de su Presencia en todo lo que hacemos y donde quiera que estemos.

El éxito no es igual a lograr grandes cosas o ganar mucho dinero; tiene que ver con ser fiel al plan que Dios tiene para ti, cualquiera que sea, y llegar a tu destino.

Así que déjame hacer una “ingeniería inversa” (reverse engineering, como se utiliza mucho en el campo de la tecnología) de este proceso para que aprendamos cómo llegar a experimentar la plenitud de la presencia de Dios que nos lleva al destino correcto y ser prosperados en todo, con 4 claves:

4. La clave de la prosperidad y el destino es la PRESENCIA DE DIOS.

2 Samuel 6:11, 12 (NTV):

“El arca del Señor permaneció en la casa de Obed-edom por tres meses, y el Señor bendijo a Obed-edom y a los de su casa. Entonces le dijeron al rey David: «El Señor ha bendecido a los de la casa de Obed-edom y a todo lo que tiene a causa del arca de Dios». Luego David fue y llevó el arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David con gran celebración".

Si Dios está contigo, prosperarás, porque Él prospera todo lo que hace. Si Dios está contigo, siempre seguirás adelante, no podrás evitar ser bendecido. Incluso aquellos que no conocen a Dios reconocen cuando el favor de Dios está sobre alguien. Necesitas la presencia del Señor contigo en todo momento.

3. La clave para la presencia de Dios es la OBEDIENCIA.

Juan 14:15 (NTV):

"Si me aman, obedezcan mis mandamientos."

Si eres obediente a Dios, Él estará contigo. Si realmente quieres prosperar, debes estar dispuesto a obedecer a Dios. Por el contrario, la falta de obediencia conduce a la destrucción. Tu actitud es muy importante; no se trata de obedecer por conveniencia, sino por convicción y amor, queriendo y dispuesto a obedecer. Él quiere nuestro corazón y no sólo un acto externo.  La salvación es un regalo de Dios, pero su bendición requiere nuestra obediencia a sus mandamientos. Nuestro nivel de obediencia es el verdadero indicador de nuestro nivel de amor y compromiso con él.

2. La clave de la obediencia es la FE.

Hebreos 11:1 (NTV):

"La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver". (Y los versos siguientes relatan todo lo que grandes hombres y mujeres de fe hicieron por obediencia a Dios gracias a su Fe en Él y en sus promesas).

Si realmente creemos, entonces es fácil obedecer. No tenemos que luchar para obedecer si nuestra fe es verdadera. Todo lo que hacemos requiere fe: Fe = convicción.

Santiago 2:17 (NTV):

"Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil".

La Fe es algo tangible, lo demuestras, requiere obediencia y confianza completa en Dios y vivimos y actuamos por fe; es decir, de acuerdo a Su Palabra y sus Promesas.

1. La clave de la fe es ESCUCHAR la palabra de Dios.

Romanos 10:17 (NTV):

"Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo." (otras versiones dicen: "la fe viene por el oír, y el oír la palabra de Dios").

Lo escuchas primero, luego, al ejercitarlo, nace la fe. Cuanto más escuches, más fe tendrás. Tiene que haber más de la Palabra en ti para aumentar tu fe. Debes leer, escuchar, escribir, memorizar, aprender la palabra de Dios. Practica en las situaciones cotidianas, usando versículos y promesas de Dios como tus armas frente a cada enemigo y reto. Medita en ella; es decir, lee con detenimiento y pide al Espíritu Santo que te hable y revele lo que quiere decirte, tomando tiempo suficiente al leer y escuchar.

Así que quiero afirmarte esto:  Dios puede y quiere bendecirte.

Pero de nuevo, aquí están las claves:

+ Palabra > + Fe > + Obediencia > + Presencia de Dios > + verdadera prosperidad y éxito: ese es tu destino.

(Dilo tú: ese es mi destino)

Oímos > Creemos > Obedecemos > Obtenemos los resultados.

Una vez más recuerda esto: El éxito no es igual a lograr grandes cosas o ganar mucho dinero; es ser fiel al plan que Dios tiene para ti, cualquiera que sea, y llegar a tu destino.